LLega la época de rebajas, en estos días, son muchos los artículos que encontramos con un precio mucho más asequible que el resto del año.
En el mundo del vino, como en el resto de los sectores, son muchos los factores que intervienen en su coste final y justamente es ahí, donde vamos a poner nuestro punto de mira hoy.
El primero de los puntos a tener en cuenta, es el tipo de viñedo que da origen a las variedades de uva con las que está elaborado ese vino. No es lo mismo que las viñas sean jovenes a que pasen de los 120 años de edad, ya que las reservas, rendimiento y concentración de los parámetro que le dan calidad, varían, aumentando notablemente, en aquellas plantas más arraigadas a nuestros campos.
Por supuesto, la tierra donde plantamos nuestros nuevos proyectos, de inicio, tampoco nos cuesta lo mismo, haciendo que la hectárea de viñedo, parta de diferentes cantidades según la localización de la misma.
El cómo nos llevamos las uvas a la bodega, es decir, la forma en la que vendimiamos, también influye en el coste final. La vendimia mecánica, frente a la manual, así nos lleva a pensar en más o menos cantidad de personal que interviene, el tiempo que se destina a la misma, o la cantidad de kgs. de uva que recogemos en un porte.
Para terminar y como otro punto en el que debemos reflexionar, será el tipo de madera y el tiempo, en el que el vino elegido, haya dormido para su crianza, los costes de la madera francesa encarecen frente al americano, y por descontado, cuánto más larga sea la guarda, el incremento de precio también está marcado en el producto.