Hermanos casi de sangre.
Amigos inseparables.
Una relación que sin duda da envidia.
Perfectos anfitriones de miles de veladas.
Inmejorables embajadores de nuestro país.
Unidos desde siempre y para siempre.
Los tintos y los ibéricos son, lo que son.
Nos hacen salivar antes de catarlos, nos hacen valorar el trabajo bien hecho, son el premio que nos aguarda a muchos, tras la dura jornada.
¿Cómo no iban a tener su día especial en nuestra casa?
Qué digo uno, VARIOS, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado, y nos quedamos cortos!!!
Una sesión de cata, pffff, donde claro… sobran las palabras.
Poco vamos a decir y mucho vamos a catar y a degustar !!!!