Nos alegra acercarnos hasta una de las combinaciones enogastronómicas más suculentas de nuestro planeta, “los ibéricos y los tintos”.
Nuestros ganaderos cuidan de sus granjas porcinas de forma muy dispar, pero cuando se trata de darle calidad máxima al producto, nuestras tierras se convierten en el factor clave.
Los cerdos ibéricos cumplen características concretas que los diferencian de cualquier otra raza.
Se crían en libertad, esto hace que con su contoneo en busca de alimento, produzcan menos grasas superficiales y más grasas entreveradas.
Al desplazarse, generan una musculatura preparada para almacenar grandes depósitos de lípidos que infiltran en sus masas, dando lugar a su característico veteado y untuosidad.
Son animales que se alimentan de bellotas que encuentran en nuestras dehesas españolas, muy distintos a sus compañeros de raza blanca.
Tienen la cabeza pequeña, el hocico afilado, cuello corto, pezuña abierta u negra, pelo débil y escaso, las patas son largas y musculosas.
Los productos que derivan de estos animales tan concretos, son ricos en texturas y aromas y nos hacen disfrutar de lo lindo, en todas nuestras veladas.
Nuestra propuesta es la siguiente, los vinos tintos, que por su alto contenido tánico y su estructura potente, maridan a la perfección con los productos ibéricos, se condimentan y elaboran de forma distinta, de ahí, que os compartamos una serie de maridajes con los que vas a disfrutar de lo lindo.
Pero sin duda, la mejor de las opciones que te proponemos es la siguiente
Ahora sí que vas a poder dejar a tus compañeros de mesa enamorados del maridaje más suculento de nuestro país, “los ibéricos y los tintos”
No vamos a desvelarte todo, nos guardamos sorpresas, inquietudes y muchos secretos para que vivas con nosotros experiencias tan divertidas como esta sesión de cata gourmet.