Los vinos de la vertiente atlántica son personales y originales a la vez.
Sus matices son muy diferentes al resto de los originados en la Península, ya que sus condiciones climáticas, suelos y alturas, también lo son y definen su carácter
La cualidad más pronunciada es la acidez, traducida en frescura dentro de nuestra boca, entran rápidos, despertando las sensaciones de aire fresco que tanto nos gustan
Frutosos y muy aromáticos, producto de una maduración casi forzada por la ausencia de sol, los bajos contenidos en azúcares y por supuesto, la cercanía al mar.
Nos encanta sentir como en estos vinos, la ausencia del sol, culpable de acumular azúcares, que luego las levaduras situadas en la piel transformarán en alcohol, nos regala tragos divertidos, que podemos encontrar, frescos o criados en barrica, en menor proporción, aunque maravillosas opciones para esos maridajes más potentes y elaborados.
Variedades como la Albariño, Godello y Treixadura en blanco, o en tintas, Sousón y Mencía, hacen honor a las tierras del norte Tierras a veces bajas, a veces altas, recortadas, sombrías, húmedas.
Viñedos parcelarios, minifundios mimados, cuidados con mucho esfuerzo, hacen de estos campos, la casa de cientos de elaboraciones muy conocidas y afamadas en el mundo entero.
No vamos a desvelarte todo, nos guardamos sorpresas, inquietudes y muchos secretos para que vivas con nosotros experiencias tan divertidas como esta sesión de cata gourmet.